31 de marzo de 2011

Una luz que nunca se apaga.

Qué bonito nombre para un significado tan utópico. Esperanza.
1. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.

Es algo tan abstracto pero tan cercano sin embargo...
Siempre estará ahí cuando nos sintamos desalmados, cuando no veamos un horizonte en el fondo del paisaje o de la existencia misma, cuando creamos perdido a alguien en nuestra vida. Siempre.
Siempre será la pequeña llama que te queme por dentro, que te inste a continuar, o a desear simplemente, hasta el abatimiento.
Incluso la última ceniza prenderá con una minúscula luz, aunque casi no se pueda ver, aunque casi sea efímero.
No lo niegues.

¿Escepticismo?
Frente a eso, te diré, que sí, que la esperanza también es esa sensación mínima de felicidad ante la tormenta oscura, una felicidad inocente porque tenemos esa humana respuesta de evasión llamada imaginación.
¿Qué se escapa de nuestro dominio con ella?

Entre otras tantas cosas, la esperanza nos humaniza...será por eso que somos una especie tan obstinada, irreflexiva...tan débil.